Contar con sus abuelas fue una nota chévere, se presentaron de sorpresa a la Reina en el barrio Las Nieves. Este apoyo familiar que rodea a Andrea hace ver que en ellos tiene grandes pilares y motores para vivir y gozar el Carnaval.
Durante la izada de bandera en la sede del Congo Carrizaleño la hicieron pasar al patio, todo estaba cuidadosamente decorado con papelillos de colores y la mesa con el mejor mantel. De pronto se asomó una familiar de Simón Ferrer, director de la danza, con una bandejita de plata brillante, en la mitad una botella de refresco rodeado de racimos de uvas, un detalle emotivo que conmovió a la Soberana. La gente, los hacedores y actores se sintieron felices de ver la calidad humana de Andrea.
Para asistir al Cumbión Ñero, la Reina se tenía que cambiar de vestido y pedimos el favor en una casa, que pertenece a la familia Martelo, antes de la sede de la cumbiamba. Estos barranquilleros no salian de su sorpresa de ver a Andrea allí, solo para ellos. Qué privilegio!
Y en el barrio Abajo fue una locura, parecía la noche de guacherna, no se podía caminar, ni siquiera bailar, pero se hizo lo que se pudo, en esa izada colectiva de banderas.
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